EXPERIENCIA VIVIDA EN EL ESPACIO DE SUPERVISIÓN

Tras aclarar que escribir no es lo mío me lanzo a resumir dentro de lo que puedo la experiencia vivida en este espacio por si pudiera aportar un granito pequeño de arena. 

Es imposible reflejar la realidad y sobre todo lo que puede batir mi cabecilla en unas líneas pero creo que es algo que debo hacer por mí misma en primer lugar y por la persona que me empujó a ello en particular.

La experiencia en este campo ha sido singular, no imaginaba ni por un momento todo lo facilitadora que puede resultar la supervisión.. Mirando atrás veo en mi experiencia un antes y un después. Antes me tomaba todo lo que me ocurría en mi entorno sobre todo profesional como algo personal y cada día aprendo a separar mejor el trabajo de mi vida personal. También tengo que reconocer que tener un chiquitín, un niño precioso de 4 añitos, me ha ayudado porque al volver a casa con él me transformo en una “mami” querida y valorada por lo que más quiero. 

Ahora, aún a pesar de los altibajos que pueden darse en el día a día, y soy consciente de ello, soy capaz de reflexionar antes de actuar y sobre todo me ha servido para de forma adecuada decir en todo momento aquello que pienso cuidando el cómo y el cuándo, cosa que necesitaba con urgencia ya que mi impulsividad me generaba altercados de los que con frecuencia me arrepentía. 

Gracias a mi supervisora en este caminar he conseguido empezar a ser yo misma sin culpabilizarme de cómo y qué hago, siendo consciente de las equivocaciones que puedo cometer pero con afán de superarlo y teniendo siempre en cuenta que el dejar para mañana lo que puedo hacer hoy no hace sino entorpecer en el camino. 

Una vez estuve a punto de tirar la toalla, lo único que me reprimía además del sustento familiar ( que no es poco) era el pensar que iba a dejar de ver a “mis chicos”(los usuarios del programa que llevo). Ante mi situación una colega me tendió la oportunidad de ir a un espacio llamado Supervisión y gracias a él sigo en el trabajo después de 3 años y medio. Fue todo un alivio. Gracias a este espacio y a mi propio esfuerzo personal estoy comenzando a orientar mis pensamientos a través de mis sentimientos para aprender a llegar a comunicarme tal y como quería pero no sabía.  

Ha sido, es y será una verdadera gozada el haber podido participar en esta experiencia, y desde este parrafillo invito a cualquiera a tomarse un tiempo dedicado a sí mismo para poder descubrir la aventura del día a día desde este prisma tan singular. Gracias amiga, gracias a la supervisión.  

B.B:I Trabajadora Social

Beatriz Burgos Iturri

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